domingo, 18 de diciembre de 2016

Puerto ayer, aéreo mañana.

No les leía cuentos previsibles, no les prendía la tele. No existía el arrorró. Solo les relataba historias. El mar. El solar.
Pedrito y Tonito. La güagüa. La plaza. La calle.
Y siempre algún amor. Un 30 de septiembre, 27 años después de aquella despedida oculta, le dio la noticia: Pedrito y Tonito serán los que reciban en el aeropuerto a las oyentes de los relatos breves. El desenlace ya no se desarrollará en el sueño de aquellas viejas niñas. Como los buenos finales que no se predicen, dan comienzo a una nueva historia. Van cargados de sensaciones.

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