¿Por qué será que en los momentos más críticos, siempre sobrevuela la estela de aquel pasado jubiloso que en el presente no es posible recrear?
A modo de imágenes se deslizan uno a uno los recuerdos.
Las risas, continuación del impulso de descubrirse,
ésta vez sí pudiendo.
La mente, ese órgano que muchos analistas creen conocer, tiene ese poder indescifrable.
Transportarnos, cuando no lo necesitamos, a lugares que podrían ser actuales, pero que por decisiones, son memoria.
También puede crear y relatar.
Una noche más con la novela. Mientras el pensamiento quedó atrapado en esa idea que existía antes de comenzar el primer renglón.
Aquí es momento también de una decisión. Ahora que sí tengo el cuarto, cierro el libro, busco papel, lápiz, y me lanzo sobre ésta trinchera que me sostiene desde antaño.
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