lunes, 18 de julio de 2016

Aportes.




No sabe qué oración dibujar
en el papel del universo.
Quedan pocos agujeros negros.

Se desprende un hilo
Del ovillo de Gelman,
anudado en el centro de las interrupciones.

La mano entintada de Alfonsina
-quizás la primera en tocar el mar-
corre una letra.

Toma y se hunde
en la palabra inventada por Oliverio,
entrega única de domingo.

La nube surrealista de un francés
memoriza el sexo atípico
en Saint-Denis.

El abrazo de Paz en México
envistió una sílaba que la sobreseyó,
quizás para siempre.

La novela de Bolaño ayudó
a deslizar el lápiz que quebró,
responsable del olvido.

Se durmió con el consejo de Gioconda,
aquel que enseña a protegernos,
incluso de nuestras propias alimañas.

De la suma concluyó que todos y todas aportaron
una bocanada de aire fresco,
ya oxidado en la superficie de los últimos días.

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