sábado, 12 de julio de 2014

La piedra


El viento intenta barrerla,
esfuerzo efímero
descubierto en el desierto.

Aquella vez,
logro con los dedos
rozarla.

Pudo descifrar la arenilla
que dejo en su palma,
ya gastada de tanto frotarla.

Sacúdeme allí abajo,
que me gusta,
creyó oir.

No era lo que el aire necesitaba,
intentaba que el tsunami
surja de ella, y no al revés.

Tuvo que soplar
con mas fuerza,
entendiendo que así lograría transformarla
en rubí.

La lluvia apareció
y calmo las aguas
de la humanidad.

Siempre que llovió
paró,
y tuvo que volver a intentar.

Nuevamente sin obtener
resultados,
la vió crecer y trasformarse en muro.

Entendió que en el proceso,
apareció otra de su especie,
y por eso lograron fusionarse.

Fue allí que comprendió
el porqué.

Entre ellas
hablaban el mismo idioma vacío
que les impidió
palpitar,
sentir,
amar,
el suave olor de la primavera,
que transcurría
al otro lado del dique.


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