En el trabajo me dijeron:
Te descontamos.
Las horas en que no me pude dormir,
Serán su plusvalía.
El recital al que no pude asistir,
Será su macabra risa.
La carne que estaba en la lista y no pude saborear,
Será su lechón en la barriga.
Los remedios que no pude comprar,
Serán la merca de su diaria manía.
El viaje de los sueños que quedo en el rincón de mis deseos,
Será el “Bonjour” de su cotidiana mañana fría.
El libro que perdí en la estación y no pude terminar,
Será su biblia con la que me dominaría.
Pero Señores,
Estamos preparando el día en el que nos reiremos con sorna y orgullo
De SUS agonías.
En el transcurso,
Les informamos:
Jamás podrán robarnos,
Los dedos con los que escribimos
Las piernas con las que bailamos
Las ideas con las que nos armamos
La sangre roja con la que nos revelamos.
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