Iba a su encuentro,
con la sensación de estar esperando
ese momento desde hace tiempo.
Una mujer de 50 años
acompañaba de la mano
a otra mujer de 20.
Algunos, incrédulos las siguieron,
intentando descubrir el misterio.
El recorrido sobre calles de tierra
termino en la oscura casa de pueblo.
La abuela que las esperaba
con una mezcla de rencor
y una pizca de soledad
entregó el paquete.
Difícil describir el instante
de abrir la caja y encontrar
una muñeca calcada a la muchacha de 20 que
camina,
habla,
sonríe.
Se miran a los ojos y se reconocen
en una historia vacía,
que necesita conquistar
que necesita conquistar
la dulzura de un abrazo de niña perdida.
Los transeúntes se preguntan,
Que es lo real?
Ser parte del sueño o
No hay comentarios:
Publicar un comentario